He mantenido aquella experiencia guardada en silencio durante mucho tiempo. Es muy difícil hablar de estas cosas y más para una persona introvertida como yo. En realidad, no había un motivo transcendente que me sacara de mi introversión y me impulsara a gritar la verdad a los cuatro vientos, como metafóricamente estoy haciendo al escribir estas páginas. Ahora, entiendo aquello que, cuando era niña, eran solo como ráfagas de viento de un conocimiento intangible. En los próximos capítulos, hablo de verdades primordiales que se nos han ocultado para que no descubriéramos la riqueza que llevamos en nuestro interior y la existencia de dimensiones alcanzables de profunda felicidad, luz, verdad y amor.